¿Qué es meditar? Pablo D'ors

«Basta un año o medio de meditación para ver que se puede vivir de otra forma». Pablo D’Ors (Biografía del Silencio)
Cuando creamos el Club de Lectura Holística de Somos Sangha. No, esto fué antes, cuando estabamos haciendo el curso de Guías de Meditación de Divina de la Mente , el primer libro que nos recomendó Ana, como lectura «básica» en temas de meditación fué este.
Biografía del silencio de Pablo D’Ors.
Un libro ligero, sencillo, de fácil lectura, y que el autor nos narra sus experiencias con la meditación, con «las sentadas» cómo el lo llama.
Lo recomiendo mucho, si aún no lo has leído y estas empezando a meditar, o si ya eres una meditadora y lo has leído, vuélvelo a leer.
Yo creo que ya lo he leído 3 veces, y en cada una de ellas me ha resonado una cosa. ¿Y porqué? Por la primera frase. Porque cuando empiezas a meditar, ya no vuelves a ser la misma persona. Ves , sientes y percibes que se puede vivir de otra forma.
Pero no lo digo yo, este texto es para resumir, bueno, mi resumen de lo que para Pablo es meditar. ¿Me acompañas?.
«Meditación cómo proceso de muerte y renacimiento»
La meditación nos conecta, nos concentra, nos devuelve a casa, nos enseña a vivir con nuestro ser, nos agrieta la estructura de nuestro ser, de nuestra personalidad, hasta que, de tanto meditar la grieta se ensancha y la vieja personalidad se rompe, y como una flor, comienza a nacer una nueva.
Meditar es sentarse, respirar y acallar la mente. Reconciliar al hombre con lo que es.
Al meditar vienen a la mente, tareas, recuerdos o sueños del mañana.
La meditación es una práctica de espera, ¿qué se espera?, NADA Y TODO.
Cuanto más se medita la mirada se limpia y se comienza a ver el color de las cosas.
El oido se afina y se empieza a escuchar cosas, el verdadero sonido del mundo.
Todo parece más brillante y sencillo.
Se camina con más ligereza y se sonríe con más frecuencia.
Pero… esto se siente en contadas ocasiones, el resto del tiempo estás a la deriva. Tu barco mental va a la deriva pero ves ese barco a la deriva, lo aprecias y sabes donde va.
Gracias a la meditación se aprende a no querer ir a ningún lugar distinto a dónde se está, se quiere estar en el que se está, pero plenamente. Para explorarlo para ver lo que da de sí.
«Medito para que mi vida sea meditación, vivo para que mi meditación sea mi vida. No aspiro a contemplar, sino a ser contemplativo que es tanto como SER sin Anhelar»
La meditación nos enseña a que no poseemos nada, solo oportunidades del SER.
Es en la NADA donde el Ser brilla en todo su esplendor.
Nadie se sienta a meditar con lo que no es.