Lo que hago todos los días...
…pero solo esta semana.

Desde hace una semana y por logística familiar soy la encargada de sacar a Brownie al paseo mañanero.
Veras.
Programo la calefacción para que se encienda a las 6.30, para que de tiempo a calentar algo la casa, porque mi despertador suena a las 7:00, sin embargo normalmente no me levanto hasta las 7.15 o y 20 , intento meditar algo en la cama, aunque mi cabeza últimamente empieza a divagar demasiado, así que, pensando siempre en la recomendación de mi amiga Silvia de no mira el móvil hasta que no se desayuna, yo voy y miro el móvil.
Veo los whatsapp que dejé pendientes de contestar de trabajo, miro el Google calendar, por si tengo alguna visita de cliente temprano, y me tengo que dar algo más de prisa, y demás.
Unos días, leo, otros días desayuno y otros días salgo de casa sin hacer nada de eso.
Ahora, no.
Esta semana me levanto, doy la medicina a Brownie, me visto, me pongo gorro, braga, botas, plumas, cojo los guantes y salgo a pasear Brownie y que corra un ratillo con la fresca.
Hoy ha ocurrido algo que me ha hecho sonreír desde que he salido de casa hasta que hemos llegado a la zona de “meadero»…
Te cuento como ha sido. Paso a paso, he vivido el mismo día que hace 3 días, creo recordar.
» Es de noche todavía, Brownie ve que cojo la correa y se pone contento.
Abro la puerta y Brownie tira de la correa con prisa y yo me inclino casi me caigo, porque tira de mi.
Cierro la puerta con la llave y salgo por el callejón oscuro de mi casa.
Al llegar a la carretera el vecino de enfrente sale marcha atrás con el coche. Se ven solo las luces en la oscuridad de la todavía noche. Miro el Reloj, son las 7.38.
(Pienso, mira, como el otro día, salimos hoy a la misma hora).
Giro la calle a la derecha dirección campito, y en el número 16, salen los hijos del vecino hacia el bus del instituto, y dan el mismo portazo del otro día.
(Me giro y pienso, hoy va solo la hija, el otro está malo o irá más tarde, presuponiendo como buena humana que soy, otro con el que coincido)
Al final de la calle veo que viene el mismo coche blanco que todas las mañanas se adentra en el camino del ferrocarril y da marcha atrás para aparcar enfilado ya de cara a la salida de su jornada laboral.
(Bueno ya van tres, con los mismos tres que coincidí el otro día, haciendo lo mismo mismo, y me río, luego te cuento porqué).
Al mirar para atrás y sonreir, que viene bien ya a estas horas de la mañana de un Lunes lluvioso y frío, veo al otro vecino que se acerca hacia mí con su perrete, no sé que raza ni que vecino, porque vamos todos atabiados con nuestros más oscuros y abrigados, gorros, bragas, guantes y abrigos, y el perro es negro, así que en la osuridad nada.
De repente me paro frente a Brownie y él me mira, hace un amago de ir hacia la izquierda, me mira y hace un amago de ir hacia la derecha, le miro y me vuelvo a reír.
Mi perrete sabe que no todos los días vamos hacia el mismo sitio, que conmigo las rutinas no son rutinas, así que tiro a la derecha y me sigue.
Y de verdad, ha sido una carcajada tras otra, al ver cómo me iba encontrando con el mismo día que otro día, en el que yo conseguí levantarme a la hora de todos los demás, que no la mía, y en la que salí de casa.
Y en mi cabeza resuena la canción de Barón Rojo.
Son como hormigas……(yo incluida, porque no puedo pero canto «somos como hormigas……»
Por suerte, seguimos nuestro caminos solos.
Suerte hoy por partida doble. Brownie encuentra dos Donetes en el suelo, mira, hoy ha desayunado dulce!.
Ya no le puedo regañar por nada. Y me pongo triste.
No, nada de tristeza me digo. Hoy he sido una más con las rutinas de siempre y ¿me gusta?.
No me gusta, ya lo he dicho alguna vez más, no me gustan las rutinas, no me gusta hacer siempre lo mismo , no me gusta ir siempre por el mismo camino.
Divertidario.
Sigo caminando y se me ocurre esa palabra. La he inventado en mi paseo, de tirar palos y silvar.
Divertidario: repertorio de historietas divertidas que cuentan los seres humanos cuando les ha pasado algo en la vida que tiene que ver con un hecho histórico y en el que participaron por una cosa u otra.
En mi divertidario está lo que me pasó el 11S a la hora de los atentados, ups. Ahí me enorgullezco de esta fea costumbre de no hacer siempre lo mismo.
En aquella época vivía en Móstoles y trabajaba en Avenida de América (Madrid), yo tenía dos caminos por los que ir, y por suerte en esa empresa me permitían entran en una horquilla de 8-9 de la mañana, así que mis rutinas no tenían que ser muy estrictas.
Llegué a la estación de Renfe del Soto 4 minutos tarde de lo habitual, así que sin correr mucho, el tren estaba saliendo del anden y tuve que coger el siguiente.
Como digo, yo cogía dos transbordos posibles, uno no me acuerdo, el otro cambiaba en Atocha, en el anden 12 , si si, ese fué.
En la estación de Embajadores, nos paran y por megafonía nos dicen que salgamos a la calle y vayamos por otro medio de transporte, que el tren no se puede coger. Salí al metro.
Lo demás que pasó allí, ya lo conecemos todos, no hay que explicarlo.
Yo tenía que estar, a esa hora en ese andén, haciendo transbordo, y aquí estoy.
Siempre intento empezar rutinas que me den un poco más de orden, y cuando me empiezo a agobiar, me acuerdo de que las No rutinas me salvan la vida, en aquel momento fué literal, hoy me salvan mi salud mental.
Así que mira hoy, tenía que estar saliendo hacia el trabajo, pero como ha ocurrido esto, me apetecía escribirlo YA, porque si lo dejo en mi cabeza, o me comen las rutinas, jejej, o se me olvida, o se me pasa las ganas de escribirlo.
¿Y tu tienes rutinas? ¿te gustan las rutinas o te gusta improvisar?
Yo hoy desayuno batido verde, o un smothie y café con leche de almendra que ayer sobraron hojas de lechuga y hay que aprovecharlas.
Que tengas buena mañana y gracias por leerme.
Te leo si me quieres comentar algo, estaría muy agradecida.
En la educación respetuosa, decimos que las rutinas aportan seguridad, en especial a los niños y en especial, si son muy pequeños, porque les ayuda a conocer, dentro de su reloj biológico, que vendrá después
…. De esa forma se sienten seguros y confiados, conocedores de lo que su entorno les ofrece y les exige, en ocasiones…
Quizás está visión te haga ver la rutinas como algo positivo, Susana… Jeee un beso!!