El padre del tetraplégico.

Tú que me lees, hola!, sabes que tengo (o que vive conmigo) un perrete, que entró a nuestra vida hace dos años y medio, casi tres. Un poco pensado, un poco a lo loco, como la mayoría de las decisiones importantes que he tomado en mi vida.
En realidad, las decisiones se toman con los sentimientos y se validan con la cabeza. Mi cabeza no valida mucho así que así son las cosas, luego ya te lo planteas y dices, madre mía, como tomé yo esta decisión o la otra… en fin, que está en casa nuestro Brownie.
A mi me gustaban los perros, pero nunca había tenido un perro conviviendo conmigo en casa, mis perros (los de mi padre) nunca entraban en casa, así que la relación no era tan estrecha. Yo no entendía lo de que un perro era uno más de la familia, hasta ahora.
Aunque no deja de ser un perro, es cómo un hijo más, se le quiere, si. Además sientes cómo te aprecia, ese vínculo que sientes con él, no se puede describir, en fin.
Nuestro perrete pues resulta que es un poco «pupitas», desde que llegó, siempre ha tenido delicada la piel, las patitas, se la dañaba con facilidad, pero era un perro de ciudad.
Cuando nos vinimos al pueblo a vivir a una casa donde casi todo el tiempo se lo pasa fuera, se notó más su delicadeza en la piel. En el campo rutas de montaña se dañaba algo más de lo normal.
Este año, empezó a tener unos eczemas en el cuello, que se propagaron por el lomo la tripa y las patas. También en el ocico, por lo que pensamos que le había picado la oruga procesionaria, y empezaron a medicarle, antibioticos, corticoides, cremas…. Pero eso seguía igual o peor.
Yo no paraba de buscar por internet las imagenes de las lesiones cutaneas que le salian, y dí con la enfermedad de Leishmania. Le dije a las veterinarias que le hicieran las pruebas y dieron PositivO.
Si no lo sabes lo que es, puedes informarte aquí, y si no, pues es un mosquito puñetero, que pica de un perro infectado a otro perro sano y así lo propaga.
Tiene varias formas de manifestarse, la hay visceral y la hay cutanea. Pues el Brownie la tiene cutanea, pero es muy rara (por lo visto), y por más medicamentos que le dan, no mejora.
Cómo no, yo seguí buscando para que el tratamiento fuera lo más natural posible, igual que hago con mi hija, marido o yo misma… Y lo encontré, di con el tratamiento que se le estaba dando a los perros con leishmania, utilizando la planta de la Artemisa Annua, que si te interesa cómo di con ella te lo cuento por privado, porque es un poco esotérico.
Aún así, el cuidado de un perro enfermo, es una lata, bueno, como de cualquier persona enferma.
Hay que dedicar el día, y la semana a él, lavarle las heridas, curarlas, darle la medicación a su hora, no lo puedes dejar en un albergue de perros tan facilmente, así que hay que llevarselo cuando sales, o planear tus salidas para calcular las horas de vuelta, medicación, recetas, médicos. Una lata vamos.
Así que a veces te planteas, que jod..r que es un perro, personas me han dicho de regalarlo, otras que sacrificarlo, y para que te voy a engañar a veces me lo he planteado.
Pero un día, me fuí con mi hija a un centro comercial, y mientras ella estaba en la peluquería, yo me quedé observando a la gente que pasa por allí o que está allí, no me gusta meterme en el movil y evadirme, me gusta observar, analizar, aprender. Pues en la misma peluquería en la zona de hombres, estaba un padre y su hijo y el peluquero. Si, como en el título, el hijo, el chico al que el peluquero estaba cortando el pelo y peinando era tetraplégico, estaba allí enfrente de uno de los espejos sentado en su silla de ruedas y cortándose el pelo como buen adolescente que era, con su rapadito cuidado y sus dos rallas tan modernitas y macarritas, chulillo era él.
Pero el tema era que si, era tetraplegico y yo estaba observándo cómo su padre, estaba sujetando y moviendo la cabeza de su hijo, con sumo cuidado y cariño, para que el peluquero metiera la cuchilla detras de las orejas, en la nuca,.. Cabeza hacia adelante, a un lado, las manos del padre ayudaban a que su hijo pudiera tener su peinado molón, como todos los de su edad.
Y yo estaba ahí observándolo, viendo cómo, ese padre, cuando buscaron su bebe, tan mono, no pensaban que tendrían que dedicarse en cuerpo y alma a su hijo. No pensaban que su vida iba a ser tan diferente a cómo la había imaginado, con un hijo disfrutando de viajes, de parques, de carreras en bici, de patadas a balones, de niño no te subas ahí que te vas a caer!. No pensaban, que no podría ni dejarle una hora en la peluquería cómo estaba haciendo yo con mi hija. Pero seguramente él no habría pensado en regalar o sacrificar a su hijo.
No es lo mismo, no, ya sé que no se puede comparar un hijo con un perro. Pero si quieres puedes aprender algo de esta situación. Yo de hecho lo aprendí o lo entendí, o quise entenderlo así. Si mi animal no está sufriendo, porque no lo está, y yo he elegido tener un animal (y mi familia) tenemos que estar ahí para curarle las heridas, y mientras dure, llevar la situación lo mejor que sepamos, pero sin amargarnos.
Así que este verano, nos lo hemos llevado de vacaciones, se han tenido que adaptar las vacaciones a ir a sitios dónde pueda entrar, a estar lo más cómodos posibles, para hacerle sus curas, a descansar cuando sus patitas no puedan más con las largas caminatas que nos gustan hacer, y disfrutar de lo loco que está con sus obsesiones.
Puede que dure mucho o puede que dure poco, pero seguramente este sea una prendizaje más allá de lo que es un perro con una enfermedad.
De hecho hemos tenido ya que tomar la primera decisión respecto a cómo seguir el tratamiento, y no ha sido fácil, pero hay que ser coherente con lo que se elige en la vida.
Toda decisión que se tome tiene consecuencias. Y hay que afrontarlas. Cómo ese padre que podía haber tirado la toalla, porque los hay que lo han hecho (madres y padres) que no pueden con la presión y la responsabilidad, y con la anulación de tu propia vida por ese hijo que te ha elegido por algo. Igual que un perro, o igual que un trabajo, o una situación.
No sé si lo que digo es solo una forma de autoconvencerme, o es la pura realidad que en este mundo en el que vivimos se nos ha olvidado, que seguimos siendo los seres racionales c&ño, aunque a veces parecemos unos animales peor que en la selva.
No se tu que opinas, yo cada vez que me veo renegando de mi situacion, me viene a la cabeza ese padre, moviendo la cabecita de su hijo para que le corten el pelo, y pienso, que otras cosas estará haciendo por su hijo, sin quejarse, o quejándose que también se puede, pero que lo hace con todo su amor, sacrificio y resignacion amorosa.
Que esto sea todo lo «malo» que nos pase, porque en realidad no es nada.
Gracias por leerme.
y a seguir Pensando al Horizonte.
Namaste.
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