Maneras de Morir

Al escribir el título, me vino a la cabeza la canción de Leño «Maneras de Vivir», seguro que te suena y que la estás tarareando ahora mismo (abajo tienes el video para que la disfrutes).

Pero no, esto va de otra cosa, o va de lo mismo, solo hay que escuchar la letra con detenimiento.

Pero esto viene a que el otro día fuimos al entierro del padre de una persona importante para nosotros y por qué no, otro momento más de autoaprendizaje y de crecimiento interior.

Cómo ultimamente estoy muy consciente, aunque me queda mucho camino por andar, entré al funeral y escuché con los oidos muy abiertos al parroco que daba el funeral.

Llevo muchos años sin ir a misa, pero en mi vida he asistido a muchas, y en este caso me pareció que iba muy deprisa. No se si tengo la idea preconcebida de que un cura tiene que hablar pausado y con serenidad. Este me daba la sensación que iba a toda mecha.

Por otro lado se agradece, porque estos momentos son un poco de paripé, y lo que menos te apetece es estar ahí escuchando lo que ya sabes. Perdona si ofendo, pero son mis pensamientos.

En fin, el caso es que me quedé con una frase que dijo: «el fallecido» ha sido un buen feligrés, se bautizó , hizo la comunión, la confirmación, se casó, y ahora le damos sepultura en la iglesia….

Y eso me hizo que pensar, cuando yo me muera, eso no lo van a poder decir, bueno sí, lo van a poder decir porque yo he cumplido con todo lo que tocaba también, pero no lo he sentido. Incluso me casé por la iglesia porque tocaba.

Pero resulta que ya no quiero seguir con «lo que toca» y eso estoy haciendo en mi vida, o lo intento.

El caso, es que pensé: buah, total cuando me muera, que mi familia haga lo que quiera, si ellos se van a sentir mejor. Vamos que otra vez, haciendo lo que se espera que haga.

Así que cuando acabó todo y nos fuimos a comer, en este caso mi marido y yo a solas, saqué el tema.

Suerte que él está acostumbrado a mis conversaciones «locas o raras». 

 Y entre el primero y el segundo plato le digo: «¿Tu cuando te mueras, querrías que te hicieran un funeral, o que nos fueramos de comilona?, por decir algo.

Se abrió la veda! fué una conversación, en la que no faltó detalle.  Así que llegamos a la conclusión, que no queríamos entierro ni funeral como «buenos cristianos». Y fuimos describiendo lo que queríamos que el otro hiciera, si nos sobrevivíamos. 

Y si no: A partir de aquí se tomará esto como un escrito ante notario. 

Cada uno parecido pero distinto.

Carlos quería que se le incinerara, y echaramos sus cenizas a los pies de una vía de escalada en la Pedriza, subiendo por El Tranco hacia las placas  del Emilio, en el camino, para que todos los que pasaran por allí a escalar le pisaran y lo llevaran donde fueran.

Yo dije que quería que me incineraran, y que subieran algo más arriba de La Charca Verde en La Pedriza y me echaran al río, para que atravesara La Pedriza, se quedara algo, pero el resto fuera a parar al mar atravesando paisajes diferentes. 

Yo en constante cambio, para no variar.

Y que después, todos los que vayan a llevarme allí, se tomen en el bar de Cantocochino, un Pollo Asado con pimientos verdes.

¡Dicho queda!.

Porque no hay mayor placer que un día (o varios) caminando o escalando en La Pedriza y acabar con una cerveza y un «pollito».

Poder hablar de esto y escribirlo con esa tranquilidad, sin miedo a la muerte, y con la sensación de haber aprovechado la VIDA con mayúsculas. De haber caminado, escalado, pateado, observado, viajado. Haber vivido y poder morir con orgullo de haberlo hecho A TU MANERA.

Y me gustaría que me recordaran por la frase «VIVIÓ CÓMO LE DIÓ LA GANA» con orgullo y no con pesar. Eso es por lo que lucho cada día, y por mi búsqueda de conocimiento interior y exterior, para que me lleve a vivir así. Cómo me dió la gana, y no como se espera que viva.

Así que en lugar de Maneras de morir, hay que decir 

¡MANERAS DE VIVIR!

Gracias por leerme.